México | 2025 | DCP | Digital | 29 min | Color | Drama |Terror | Experimental
Dirección | Director, Alfonso Villaseñor
Guion | Screenplay, Alfonso Villaseñor
Producción | Producer, Alfonso Villaseñor, Diana
Muñoz
Cinematografía |Cinematography, Walter Lagarda
Parra
Edición | Editor, Alfonso Villaseñor
Arte | Art, Natalia Valencia
Sonido | Sound, Alfonso Villaseñor
CAST | Daniel López Barreras, Ana Castillo, Alfonso
Esquivias, Maribel Nava, Dante Chávez
Compañias productoras | Production companies,
Metakínesis Audiovisual, CAAV
Logline
Un mesmerizante ejercicio de estilo que se siente como leer una sucia, oscura y desgastada
carta personal que fue encontrada en el rincón más oscuro de una guarida secreta.
A mesmerizing exercise in style that feels like reading a dirty, dark and worn personal letter
that was found in the darkest corner of a secret den.
Sinopsis
Un joven revisita sus grabaciones secretas de confesiones religiosas y descubre en ellas una conspiración para hacerle creer que el Cielo es real.
A young man revisits his secret recordings of religious confessions and discovers a conspiracy to make him believe that Heaven is real.
Director’s statement
La carencia de significado es un asunto complejo y sin resolución absoluta que, sin embargo, se ve amortiguada por una reflexión que, aunque su punto de inicio en mi pensamiento es imposible señalar, con el avance del tiempo me acerca cada vez más a una tranquilidad un tanto fría. Esa reflexión que, en mi experiencia, se esfuerza en dar sentido a la existencia reza que aquello, horrible y bello en misma medida, que nos provee de nuestra humanidad son
nuestras obsesiones.
“Mi cabeza es un radio para hablar con Dios” funge como una representación y ejercicio de una de las más íntimas y arraigadas obsesiones personales que, confío, comparto de manera silenciosa con la gran mayoría de los demás. Tal obsesión prospera en la contemplación de lo prohibido, lo que no debe ser conocido por ojos u oídos ajenos y como, al ser acreedores en conocimiento de las consecuencias, la línea que divide la lealtad a lo que encontramos bello de admirar y lo que es considerado correcto se presenta, para después, con una mirada juzgadora, apuntar a todos los que se atreven a tomar un lugar ambivalente en el medio.
Hay algo terrible y a la vez bello en la posición del voyeur, del espectador que experimenta lo ajeno con distancia y respeto temeroso. Dicha condición es la que se encuentra al centro de este proyecto y cuya estructura que lo resguarda está representada en una narrativa que sigue la pulsión de un individuo que encuentra fascinación en las confesiones religiosas de desconocidos, las cuales graba y resguarda con cariño enciclopédico.
Es esta narrativa la que me permite ejercitar, además de la obsesión, las consecuencias y sus conceptos derivados como lo son la culpa, el perdón y el castigo, en este caso, propios de la religión.
De naturaleza ambigua, estos componentes son esenciales de una dolorosa espera puesto que, tanto el perdón como el castigo, en términos de fe, no son comprobables de manera terminante, son solo una promesa que solo la muerte, probablemente, puede confirmar. No obstante, es la ficción la que provee la oportunidad de hacer la pregunta ¿Y sí las consecuencias son reales después de todo? permitiéndonos reflexionar al mismo tiempo sobre cuál sería nuestra posición de ser así, volviendo aún más lúgubre el pensamiento de que el no poder comprobar algo no significa que no sea real.
Alfonso Villaseñor debuta como director de ficción con "Mi Cabeza es un Radio para Hablar con Dios", cortometraje con el que explora el concepto de lo ominoso a través de lo sacro y familiar. Le caracteriza el diálogo unipersonal, el tratamiento alternativo de la imagen y la edición sonora experimental.
Alfonso Villaseñor makes his debut as a fiction director with "My Head is a Radio to Talk to God", a short film that explores the concept of the ominous through the sacred and familiar. He is characterized by one-person dialogue, alternative image treatment and experimental sound editing.